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lunes, 22 de diciembre de 2014

Lo que no debo hacer por los demás

Me gustaría compartir con vosotros este cuento que he encontrado navegando esta mañana: 

"Cuenta una vieja historia que un hombre encontró el capullo de una mariposa tirado en el camino. Pensó que allí corría peligro y entonces lo llevó hasta su casa para proteger esa pequeña vida que estaba por nacer. Al día siguiente se dio cuenta de que el capullo tenía un orificio diminuto. Entonces se sentó a contemplarlo y pudo ver cómo había una pequeña mariposa luchando para salir de allí.

El esfuerzo del pequeño animal era titánico. Por más que lo intentaba, una y otra vez, no lograba salir del capullo. Llegó un momento en que la mariposa pareció haber desistido. Se quedó quieta. Era como si se hubiera rendido.

Entonces el hombre, preocupado por la suerte de la mariposa, tomó unas tijeras y rompió suavemente el capullo, a lado y lado. Quería facilitarle al animalito la salida. Y lo logró. La mariposa salió por fin. Sin embargo, al hacerlo, tenía el cuerpo bastante inflamado y las alas eran demasiado pequeñas, parecía como si estuvieran dobladas.

El hombre esperó un buen rato, suponiendo que se trataba de un estado temporal. Imaginó que pronto, la mariposa extendería sus alas y saldría volando. Pero eso no ocurrió. El animal permanecía arrastrándose en círculos y así murió.


El hombre ignoraba que la lucha de la mariposa para salir de su capullo era un paso indispensable para fortalecer sus alas. En ese proceso, los fluidos del cuerpo del animal pasaban a las alas y era así como se convertía en una mariposa lista para volar."



Hoy quiero hablar de esa necesidad imperiosa que tenemos las personas como yo de ayudar a los demás...

Al menos en mi caso me veo inmersa muchas ocasiones en problemas de los demás que hago propios... Y en múltiples ocasiones el resultado es nefasto.

He leído este articulo y me ha encantado. He entendido muchas cosas. Entre ellas que estaba muy equivocada. 

Las personas que como yo somos muy positivas, fuertes, luchadoras... Cuando vemos a alguien que está pasando un mal momento, hacemos uso de todo nuestro potencial para ayudarle... Nos desgastamos física y psicologicamente para intentar que esa persona salga de su "capullo" y muchas veces el resultado es que como dice la historia, dejamos de ser el salvador y pasamos a convertirnos en victimas del salvado....

No todo el mundo es como yo, no todo el mundo piensa como yo ni tiene el ímpetu que tengo yo... Hay gente que necesita mas tiempo, y hacer las cosas a su tiempo o su manera de ver.. que no necesariamente tiene que ser la mía. Que yo quiera salir rápido de una situación que me hace sentir mal no significa que los demás quieran hacerlo... 

Me ha pasado en muchas ocasiones... He cuidado de "amigas" intentando que pasaran por su peor etapa de la vida: ayudándolas ha hacer mudanzas tras una separación, quedándome con sus hijos, controlando sus ataques de ira contra sus ex, enfrentan dome por ellas a gente que ni siquiera conocía... y finalmente cada uno es como es: nada se podía hacer.. y lo peor? Me deja de hablar porque no la acompaño a un concierto y ahora habla mentiras y pestes de mi sin siquiera haberme dicho me pasa esto o lo otro contigo... 

Y es que es cierto... cada uno necesita su tiempo y hacer uso de su manera de ser... Por muy positiva,impulsiva, etc. que yo sea no puedo forzar a los demás a ser así...  

He aprendido hoy una gran lección y por eso me gustaría compartirla con vosotros... Me ayudará a quitarme un gran peso de encima (el ayudar a los demás de esta manera es agotador) y además de manera pasiva ayudaré muco mejor que del modo que antes lo hacia...

Sé que me costará porque lo llevo en los genes, pero he de esforzarme... Por mi bien y por el de los demás. 

Feliz Lunes!





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